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El sector de la alimentación ante la covid19

El sector de la alimentación ante la covid19

El sector de la alimentación, considerado como un importante actor económico y social, se ha convertido durante estos tiempos de pandemia en más estratégico y esencial si cabe. Durante la crisis ha tenido que adaptarse de forma ágil a los cambios que nuestra sociedad y nuestros hábitos han experimentado. El alimentario ha logrado ser uno de los pocos sectores que no solo han resistido los embistes de esta crisis económica, sino que incluso ha visto incrementadas sus ventas, al menos en lo que al canal retail se refiere.

Posiblemente, cualquiera de nosotros seríamos capaces de reconocer la fase de la pandemia que vivíamos, solo con echar un ojo a nuestras despensas y frigoríficos en cada momento.

Fase 1: “¿Pandemia?, ¿confinamiento?… ¡Apocalipsis! Supervivencia: latas de conservas, arroz y pasta. Productos de primera necesidad (y papel higiénico)

Fase 2: “Pues parece que esto se alarga” … “confinados y sin restauración vale, pero el aperitivo que no me lo toquen”: Aumento de consumo de bebidas alcohólicas en los hogares y productos tipos snack.

Fase 3: “Ya no sabemos qué hacer en casa, los niños están desesperados sin poder salir a jugar” … “démonos a la repostería”. Incremento de las ventas de levadura y harina de hasta un 300%.

Por todo esto, por tratarse de un sector clave en cualquier sociedad y por la situación vivida en pandemia, etapa en la que el sector de la alimentación se ha visto fuertemente tensionado, hemos querido profundizar en el futuro que le espera a un sector tan importante en nuestro país como es el de la alimentación. En este post realizamos un resumen del interesante informe realizado por Fooduristic en su edición especial Covid-19, centrándonos en cómo hemos cambiado como consumidores, como haremos frente a esta “nueva normalidad” y como las empresas del sector agroalimentario tienen un importante reto por delante: adaptarse a esta nueva sociedad, surgida tras la crisis de Covid-19.

El consumidor 

Esta crisis nos ha cambiado y, como dijo Ludwig Feuerbach, filósofo y antropólogo alemán, “Somos lo que comemos”. En palabras de Fooduristic “analizando la cesta de la compra de los españoles durante la crisis se pueden extraer interesantes conclusiones sobre los nuevos hábitos de consumo”.

La situación inicial ante la pandemia produjo un abastecimiento irracional que, unido al cierre de restaurantes y lugares de ocio, al confinamiento, y al cierre de colegios y oficinas, supuso que todas las comidas se realizarán en el ámbito del hogar, dando lugar a un considerable crecimiento de las ventas en el sector del retail, tanto de manera física como online. Se estima en un 25%, según un estudio de Kantar, el crecimiento del gasto en productos de gran consumo en España, en comparación con la situación anterior a la declaración del estado de alarma.

Los alimentos que ha experimentado mayores cambios en su comportamiento en ventas han sido los productos no perecederos y los congelados, aumentando el consumo de estos últimos hasta en un 8%. Lo mismo sucede con la compra online, que se ha visto fuertemente impulsada. Algunas empresas de retail se han adaptado rápidamente a esta nueva realidad y han invertido en plataformas para dotar a sus clientes de la posibilidad de hacer la compra desde casa, a la vez que han ampliado su capacidad logística para asegurar este servicio.

Con la relajación de las restricciones y la vuelta a la normalidad recuperaremos muchos de nuestros hábitos, pero algunos de los nuevos permanecerán, como la preocupación del consumidor en lo referente a seguridad alimentaria o el uso de la tecnología. “Seremos diferentes después de la crisis”, “La tecnología se hará un mayor hueco en el día a día de todos para permitir que compremos online de forma segura; que trabajemos desde casa y que pidamos comida a domicilio o aprendamos a cocinar”.

Sector agroalimentario: objetivos y retos tras la pandemia.

La inverosímil situación en la que nos ha puesto la Covid-19, nos ha llevado a cuestionarnos el modo en el que vivimos, como nos alimentamos y los modelos de consumo que existen actualmente, poniendo en tela de juicio su sostenibilidad. Ha aumentado la preocupación por el consumo responsable, por lo que tanto la agricultura como la ganadería se enfrentan al importante reto de asegurar el abastecimiento, en una sociedad en la que el consumo cada vez es mayor, pero manteniendo el bienestar animal, ya sea volviendo a las prácticas del pasado, lo que lleva consigo una disminución de la productividad, pero que asegura el mantenimiento en el tiempo y la calidad del producto, o como comenzamos a vislumbrar gracias a proyectos muy innovadores ya en marcha como son la búsqueda de alternativas, de origen vegetal, a la proteína animal, el cultivo de carne en laboratorios o su fabricación a través de impresoras 3D, tal y como podemos leer en el artículo: “El filete de carne impreso en 3D (y otras sorprendentes cosas que ya se están creando con la tecnología)”

¿Nos deparará el futuro situaciones como ésta?:

  • Papá, llego tarde a clase, ¿cuándo comemos?
  • Hijo, tengo mucho lio, vete calentando la impresora, te imprimes unos san jacobos y solucionao!

Ciencia ficción esta o no, lo que está claro y así afirma Fooduristic, es que “lo importante para el sector agroalimentario será entender el nuevo contexto y necesidades emergentes para poder pivotar hacia negocios que cubran dicha demanda”

El informe recoge que las startups en las que crecieron más las inversiones en 2019, fueron las tecnológicas y las upstream, cercanas al agricultor y previas al retail, como Beyond Meat, o Impossible Foods, por nombrar algunas. Todo esto, pone de manifiesto la creciente preocupación del consumidor por el tipo de alimento que llega a su hogar, la seguridad alimentaria y el abastecimiento sostenible y ecoresponsable, protegiendo así el medioambiente, como así lo confirma la inversión de la UE, que ha destinado diez millones de euros para inversiones precisamente en estas, proteínas alternativas, solo en 2019.

Sin embargo, ¿podemos asegurar que esta tendencia en las inversiones se mantenga?

La situación actual, ha dado lugar a que los inversores adquieran una posición de conservadurismo y más pasiva, esperando a ver la evolución de los acontecimientos y de la crisis económica debida al Covid-19.

Esto ha originado que muchos emprendedores hayan tenido que redirigir sus negocios, buscando propuestas que se adapten en mayor medida a la nueva realidad que vivimos. Por ejemplo, dentro de la hostelería y la restauración, se han buscado alternativas enfocadas a potenciar la venta online o servicios de comida tipo delivery. Además, según afirma Fooduristic en su especial Covid-19, “La agricultura hidropónica y la robótica apli­cada al food delivery también experimenta­ron un importante crecimiento. En lo que res­pecta al delivery, percibimos el aumento de interés en inversiones en tecnologías al servi­cio de retailers para el desarrollo de sus pro­pios canales de delivery”.

Hacia una nueva normalidad

Si algo ha demostrado la crisis sanitaria del covid-19, es que una sociedad responsable y que trabaja por el bien común, es clave para superar cualquier obstáculo y avanzar. El informe afirma que “a pesar de que los efectos que esta crisis tendrá en la economía se prevén devastadores, deberemos potenciar todo aquello que nos ha hecho más fuertes como sociedad”, y cuidar esa responsabilidad social que ha surgido, para ser capaces de hacer frente a los retos que están por venir. Como individuos, hemos demostrado ser capaces de adaptarnos a los cambios drásticos a los que nos hemos visto sometidos: confinamiento, cierres perimetrales, teletrabajo, cierre de centros formativos, etc., situación que nos ha puesto al límite, pero de la que hemos salido reforzados y que nos han hecho valorar, en mayor medida, sectores tan importantes como la sanidad, la tecnología, la logística, y la industria agroalimentaria, básicos y motores de cualquier sociedad.

Fooduristic destaca que “Todos estamos impacientes por volver a la normalidad”, pero si algo ha quedado de manifiesto, “es que esa normalidad ya no es suficiente”, hemos cambiado.